domingo, 28 de junio de 2020

Carta a mi hermana y a mi padre

Ahora solo os quiero contar qué es de mi vida, ya que tanto (tan poco) os interesa:

Estoy tratando de reducir mi número de amistades al máximo para centrarme en poquito. Esto que voy a decir es una coña, pero igual por ser géminis y ser un signo de agua o igual, y esto lo digo más en serio, porque siempre he sido un errante buscando algo de calor, me he dado durante años a generar más y más conexiones, puntes, lianas, cables, lo que fuera con tal de estar conectado a otras personas.

Se podría pensar que tenía una actitud bastante pasiva: engancho con mucha gente y, al estilo facebook, espero cotillear sus vidas para tomar ideas y, eventualmente, juntarme con aquellas personas que hagan cosas más parecidas a las que me apetece. Un enfoque fallido, fallido.

Así que ahora estoy borrando a la mayoría de personas que tengo en redes (facebook, sobre todo) con las que llevo mucho tiempo sin interaccionar, bien sea porque no las conozco (tenía unas cuantas) como personas con las que se haya enfriado la relación hasta el punto de romperse, con facebook como única unión, artificial.

También tengo pensado borrar contactos del teléfono con el mismo criterio. Sí, mami, papi, haré backup por si me arrepiento. Pero estoy tratando de ser consecuente con hacer una vida más ACTIVA y eso implica ocuparme de menos cosas, aunque suene contradictorio.

En cuanto al sueño: me suelo levantar prontito, 8 o 9; algún día a las 7 si tengo cosas que hacer y algún sábado o domingo a las 10 u 11... trabajos en curso.

Sobre la alimentación y el peso: Hago esta dieta porque me sienta bien. Cuando no como hidratos no me duelen la vejiga ni la próstata y la frecuencia de orinar es mucho menor. Además, me permite ganar músculo con mayor facilidad y estar menor hinchado, con lo que voy cumpliendo mi objetivo de estar más en forma. Si eventualmente pierdo peso entiendo que es normal. Una persona ACTIVA tiene un IMC entre 18 y 21. Por otro lado, el IMC es un índice obsoleto hace años Los criterios para la salud metabólica hoy en día se basan en metabolismo basal (número de calorías), grasa total, grasa visceral, etc.

A este respecto, sí quiero bajar de volumen corporal en general porque me gustan las piernas y los brazos más finos, aunque con más músculo. Antes de criticarme porque haya perdido peso os agradezco que os informéis y que os intereséis por mi salud de una forma menos superficial, aunque os agradezco la preocupación.

Sobre el deporte-ejercicio-gimnasia: Trato de hacer un mínimo de 15 minutos de cardio en casa cada día. Cuando puedo, añado otros 10-15 minutos de core (tronco: zona abdominal y espalda baja) y, si me da tiempo, hago estiramientos antes y después y algo de yoga.

No considero que esté ni vigoréxico ni nada por el estilo, aunque es cierto que es un cambio importante el que le estoy dando a mi vida. Puede parecer súbito pero súbito es también el dejar de fumar de un día para otro y sin embargo es algo que todavía no me atrevo a acometer.

En cuanto al trabajo: Hago lo que puedo. Mis funciones no están del todo claro, hay una visible falta de recursos para formarnos y hacernos seguimiento y creo que estoy haciendo todo lo que yo soy capaz aquí y ahora y además sé que estoy aprendiendo muchísimo sobre relaciones laborales, ritmos, compromisos y sobre cómo sobrevivir sin pisar a nadie.

Es cierto, llevo unos años pensando en apartarme del proyecto guifi.net y cada vez lo veo más claro. En Madrid no hay gente interesada y todo cuesta mucho. La gente lo quiere todo hecho y no colabora lo más mínimo. La coordinación está ya muerta y la comunidad que ha solido venir a las actividades adopta unos roles cada vez más pasivos o clientelares.

En fin, trato de salir adelante quitándome la mierda de las relaciones tóxicas heredadas de una época en que construía todo por oposición y odio a mi familia y un entorno laboral que lleva ya unos años agotado.

A ver si me meto en una cooperativa con un proyecto bonito y dejo otras cosas para simplificar mi vida, que lo necesito de verdad.

Besos.

Carta a una hermana

Supongo que no ha sido fácil tener un hermano con tantos problemas emocionales. Mucho menos, colgarme el cartel de bipolar para normalizar a vuestra manera mis emociones durante años.

Sé que te has encargado de mí muchos años.

Sé que te he fallado unas cuantas cuantas veces.

Se dice que la familia siempre sigue ahí, o al menos tratamos de creer que la nuestra es así.

Pero la verdad es que nuestra relación hace tiempo que se degradó.

Está aquella época en que te independizaste de casa de tus padres y en la que te echaba tanto en falta. Está claro, yo era MUY dependiente emocionalmente. No lo niego, no quiero quiero ser un búnker de barro chapado de hormigón, ni un gigante con pies de barrio.

Años después me colé en tu vida, en tu casa, allí en Villaverde, y algo salió mal. No supe gestionar mis emociones y traté mal a tus amigas y a ti. Estaba sufriendo por muchas cosas, supongo que es lo normal sobre todo a esa edad, pero me cerré y os alejasteis.

Años después empezamos un poco de nuevo... pero ya estaba mi depresión y no sé, creo que eso sirvió para normalizar vuestro sufrimiento sabiendo que había algo con nombre y apellidos de lo que se podrían encargar otros. Nunca recibí ni advertencias por lo que supondrían los antidepresivos ni una preparación para hacerme cargo. Ni de médicos, pero ellos ya sabemos cómo funcionan, ni de familia, en la que yo confiaba muchísimo. No estuvisteis a mi lado.

Cuando se da la crisis del trastorno bipolar en el verano de 2011 se venía presentando una degradación importante de mis relaciones. No sabía si dejar ya de lado a todo el mundo del instituto con quien mantenía contacto (la mayoría de relaciones eran abiertamente tóxicas, al menos para mí). Acababa una carrera que me había defraudado («como a todo el mundo» me decíais, pero eso no apaciguaba mi dolor) y sentía que quedaba liberado y que podía empezar a llevar a cabo cambios.

Después de 7 años de antidepresivos que no me ayudaron mucho decidí dejarlos. Estaba harto y necesitaba empezar a tomar el control de mi vida. Fue una decisión sin criterio a la que sumé dejar de fumar por completo de un día para otro durante todo el mes de agosto.

Lo que os pude decir aquella noche en tu casa a vosotros tres era una acumulación de cuidados no recibidos durante años y una falta de guía familiar brutal por vuestra parte. No comparto lo que dije pero me gustaría remarcar que esperaba un trato más profundo desde que os conozco.

Siempre me he sentido un bicho raro a vuestro lado y casi nunca he encontrado consuelo. Sé que siempre me habéis visto como el niño tremendamente activo, el niño hiperactivo, el adolescente perdido, el adulto agresivo...

Ahora soy el importante, el pijo, el snob, el que se mira el ombligo... Pero los cuidados siempre me los he tenido que buscar fuera de casa.

He sido un hipocondríaco hasta la médula. Tenía dolores que venían del alma.

O no, como demuestran mis 2 protrusiones cervicales y mi hernia discal lumbar.

Pero lo que se estila en esta familia no es comprender; o se banaliza haciendo generalizaciones («yo también tengo, es que te quejas mucho») o se contemporiza («es que no te cuidas»). Joder, si estáis mal, vamos a cuidarnos juntxs. Y si percibís que no me cuido, os agradecería que me deis vuestra visión de cómo debería hacerlo; igual puedo aprender cosas e incorporarlas a mis rutinas.

En fin, después de lo de hoy me parece que se ha levantado un muro no sé si insalvable pero sí bastante grande. Un muro de incomprensión y de falta de respeto.

Quizá algún día podamos hablar pero hoy me siento herido y ya he tenido demasiado.

Hablamos.

Carta a un padre

Puede que nunca te hayas parado a pensar que soy una persona que ha sufrido mucho. Claro, no me ha faltado de nada... material. Sí me han faltado muchas otras cosas.

A lo largo de mi vida he dado muestras constantes de que algo no iba bien, con rabia, agresividad, cerrazón, simpatía por las malas compañías, excitabilidad...

Realmente, para una persona que tenga dos o cuatro dedos de frente, esto habrían constituido síntomas de un proceso de sufrimiento; esa persona habría sabido ver el problema de fondo, aceptarlo y ayudar a calmar y curar.

Por tu parte he recibido muchas muestras de... permisividad y posterior super-protección, rayando en lo enfermizo, para protegerme de mí mismo... como si fuera un enfermo al que hay que contener por su propio bien.

En realidad, esa manera de tratar el sufimiento, al no tratar de *curar* sino de *proteger* a mí de mí mismo y al entorno de mí mismo, lo que ha generado es la enfermedad clínica propiamente dicha.

Mi conflicto no ha estado en primer término con el colegio o con los amigos.

Mi conflicto ha estado y está situado en relación con la familia.

Si un niño de 8 años, claramente perdido, con las crisis propias de su edad y las de su inteligencia diferente, decide cambiarse de grupo de clase y pierde así a los amigos con los que convivía prácticamente todo el día desde los 3-4 años y empieza a experimentar inestabilidad emocional, lo razonable (incluso en sentimientos y emociones) es pensar que esa decisión ha tenido que ver. Lo que no es normal es aceptar el hecho como algo normal y, mucho menos, como algo que no tiene vuelta atrás.

Aún peor, si ese niño, con 12 años, claramente perdido, decide cambiarse de colegio, unos padres cabales se habrían planteado que algo no funciona y habrían tratado de ver más allá. Porque el hecho de que no actuárais en su momento me puso en riesgo gravemente, algo que un par de años más tarde empezó a germinar en forma de compañías poco recomendables como una manera de oposición a unos padres que no escuchaban más allá de las palabras.

Han pasado muchos años, he cometido muchos errores. Pero si de algo estoy seguro, es que me he pasado toda la vida sin saber explicarme y sin ser atendido realmente, más allá del «papá, cómprame esto» o «mamá, enséñame a cocinar» (por cierto, una de las mayores contribuciones, aunque tremendamente material, una vez más, a mi autonomía personal).

No sé. Sé que no elegimos a la familia y que la tendemos a preservar como estructura que nos fija un poco al mundo y nos da estabilidad. En mi caso, sin embargo, no es tanto así, ya que ni me fija mucho al mundo (un ser con los pies encolados al suelo y la cabeza en huída constante) ni me aporta estabilidad.

Desde que en el año 2003 empecé a plantearme empezar a cuidarme, mis intentos por seguir una dieta adecuada *para mí* (ojo, yo no se la impongo a nadie) los habéis mirado como muestras de esnobismo y, en cualquier caso, habéis aprovechado cualquier reunión familiar para ponerme en un aprieto.

Supongo que no os dais cuenta, pero además del sueño, de cuidarme de las amistades, y de otras cosas que entran en vuestro estándar de calidad de vida, hay otras cosas en las que no estamos de acuerdo y nunca lo estaremos. Me daña estar sentado, me dañan ciertos tipos de comida, me dañan ciertos tipos de actitudes... yo no pido que pensemos igual. Solo pido respesto.

Durante los años siguientes ocurrieron muchas cosas que viví como una tragedia aunque ahora veo que eran muy necesarias: romper con el grupillo del instituto, irme del Colectivo 1984... En aquella época, una vez más, hice *lo que sabía hacer*: huir de lo que quemaba y tratar de seguir adelante. Estaba en un momento de muchísima fragilidad y solo recibí algo de comprensión por parte de mi madre, que ahora está muerta.

La verdad es que podría decir que soy emocionalmente cada vez más estable a pesar de ti y a pesar de la familia tan tontita que me ha tocado vivir. Pero me da pena, porque desde mi infancia he estado buscando una familia fuera de mi familia y ahora que empiezo a tener unas amistades más genuinas, me voy dando cuenta de que el problema es mi familia, que no quiere entender.

Supongo que en todos estos años habéis acumulado el odio suficiente por esa persona que no comprendéis y que es vuestro hijo o vuestro hermano como para llegar a considerar que soy un monstruo al que hay que proteger de sí y proteger de los demás o bien tratar con cautela (que no con los cuidados ni el cariño de rigor) mientras no se ponga hecho un basilisco.

La verdad, tenéis una posición muy cómoda que consiste en no entrar a comprender y sí entrar a meter cizaña para ver si podéis hacer saltar al otro, como si fuera una lucha. Yo no una familia así. Así, yo no quiero una familia.

No tenemos que estar de acuerdo en nada.

Solo pido respeto.

Y que no me levantes la mano.

miércoles, 24 de junio de 2020

Reconstruyendo mi vida

Aunque utilices las teorías de los 5 pilares o la de los 14 pilares del empoderamiento y aunque pongas en juego tus conocimientos recién adquiridos y tan apetecibles de la asertividad, recuerda que el arte de sanar es eso, un arte.

No puedes esperar que copiando la actitud actual de una persona que consideres de éxito vayas a emular su resultado, puesto que generalmente vamos encadenando e incluso compaginando distintos métodos, tanto de manera consciente como inconsciente.



No te desesperes, compañero, pues vivir es apasionante y ocurre primero;
aunque quieras demostrar, demuestra a quien lo valga;
encuentra y construye tus espacios seguros... y vívelos.
Con fuerza, compañero, que tu vida bien el intento.

Tech: Cosas que hacerle a una página web que mantienes (institucional o muy grande i tot alló)

 Cosas que le puedes hacer: Estandarizar los colores   Homogeneizar las fuentes Una para el contenido Otra para los enlaces (y así te evitas...