jueves, 7 de abril de 2016

La ducha huele a piscina... a aquel día

Debía de ser el año 2000 cuando decidí empezar a fumar.

Realmente miento, ya había empezado con 14 años, en 1998, en un campamento de verano que se suponía sustituiría a los scout, que había dejado en 1993 (querido grupo 362 de Arganzuela - Santa María de la Cabeza) por lejanía, al habernos mudado de allí a Pozuelo el año anterior.

Sin embargo, aquel día decidí fumar un poco más.

La razón era clara. Mis aptitudes de socialización ya había hecho aguas y me asía al tabaco como elemento agregador del grupo en el que merodeaba como si fuera un contrato ciego a un banquero o a una eléctrica, pero un contrato al fin y al cabo.

Aún recuerdo aquel día, tras aquellas dos horas de natación en la piscina del Liceo Sorolla, que entonces era mi colegio. A la salida, decidí sacar uno de aquellos cigarros que con esmero había ido fumando, poco a poco, a lo sumo uno por día, desde aquel campamento de mis 14 años.

Tenía los pulmones abiertos, me sentaba peor que mal y, sin embargo, pensaba que eso aseguraba mi futuro en un grupo con gentes de las que apenas si tengo noticia hoy en día. No reniego de ellas, supongo que todas hemos cambiado, pero la verdad es que éramos (yo también) muy fiesteros.

Otro día fue aquello de la «colina del humo» en los céspeces que había en la parte de atrás, arriba, del Torreón (el centro comercial, lo que ahora es el edificio del Decathlon, y que entonces se llenaba con las salidas de las salas de cine). Recuerdo que uno a uno nos íbamos atreviendo a fumar como si aquello fuera echarse a volar y nosotros fuéramos pájaros en edad de aprender. Qué ilusos.

Lo cierto es que me apetece cerrar esa etapa que va desde que empecé a fumar, entre de mentirijilla (a los 14) y de verdad (a los 16) y que para mi, ahora mismo, abarcaría hasta hace un rato.

Lo cierto es que el tiempo es imposible de acotar en una manera tan simple como la magnitud que empleamos para contarlo. Supongo que es una franja o una etapa discontínua y asimétrica a primera vista; un examen más riguroso desvela un hilo conductor o argumental que lo convierte en una entidad diferenciada.

En la Fuente de la Salud para mi hubo varias épocas. Ahora no recuerdo quiénes son de cada una: Richi, Khaki, Tortu, Kolen, Mª Cruz, Tomás, Alex, María G., Belén, ...

Estuvo la época del costo, yendo al Sadra en la calle Doctor Cornago, un poco más arriba del estanco y más abajo del Chousa.

Estuvo la época del Martini bianco, que nos apretábamos (yo más que otros, por aquello de la evasión fiscal de la realidad) en la Fuente de la Salud, algunos junto a sus hermanos (yo no, en eso y en casi todo mi hermana siempre ha sido bastante madura).

Estuvo la época del kalimotxo y yo empezar a irme a Madrid (principalmente bajos de Argüelles) con otra gente (de colectivos como UR, de manifestaciones y asambleas...). Eran mis 16 a 17 años. Qué pedos más absurdos me pillaba entre el Rrebote y el Pipas.

Estuvo la época de la cerveza y yo ya alternando entre el grupo de la Fuente de la Salud y el del Tuto 1 (enfrente del antiguo Instituto 1, hoy Escuela Oficial de Idiomas de Pozuelo), que quedábamos a las 6 ó 7... Calero, Toño, Cabrera, Sarai, Des, Pablito, Gabi...

....


De aquellos años recuerdo tres cosas:
  • que me aficioné a la noche
  • que me aficioné al alcohol
  • que no hice (más) amigos ni conservé los que tenía
Todos estos ingredientes y la politización que heredé de mi hermana hicieron que empezara a alternar con ambientes de centros sociales (generalmente okupas de mala muerte, aunque incluso en un fin de semana tranquilo en el Labo03 era capaz de acabar tan borracho que llamaba a las chicas que me gustaban para jurarles amor eterno... como a Edurne... madre mía, que vergüenza, me acuerdo perfectamente).

Poco a poco empecé a frecuentar asambleas y movimientos sociales aunque, a raíz de mi entrada en el Colectivo 1984 por afinidad con Manzana, Eneko y Oli, empecé a militar más en lo telemático que en lo real, algo que se acentuó con mi detención por conducción temeraria bajo los efectos del alcohol en las fiestas de Aravaca (aún recuerdo aquel Renaul 21 ranchera).

Después vendría mi paso al grupo de Pitu y mi salida definitiva de los movimientos sociales de carácter marcado, sobre todo desde 2007-2009, años en que me empecé a interesar por el proyecto guifi.net, en el que continúo, no sin grandes dudas existenciales, dada la situación de atemporal varamiento que sufre el proyecto (en Madrid, no en Catalunya) desde 2011.

Una etapa se cierra para mí. No todo ha de cambiar. Sí debe hacerlo lo esencial, aunque muchas cosas se mantengan a pesar del salto.

Desacoplamiento en proceso...

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