domingo, 6 de marzo de 2016

Volver a descubrir... la amistad

Esta semana que acaba ha sido bastante fructífera, con el reencuentro con dos amigos que no veía desde hace tiempo.

He sacado estas conclusiones:
  • Hay que cuidar las amistades, al menos, como se cuidan las plantas
  • Las amistades del colegio, de cuando eras un enano, son las mejores y son las que más merece la pena conservar
  • «Somos amigos para siempre y seguiremos igual aunque pasen dos años sin hablar»... Sí pero con matices. La intención no basta, el tiempo pasa y la vivencia común no tiene lugar mientras no con-vivimos
  • Los amigos nos hacen practicable el territorio que compartimos con ellos. Si vivimos en una ciudad en la que ni siquiera tenemos conocidos tenemos que hacer lo posible y lo imposible por cultivar buenas amistades.
  • No estoy de acuerdo con que llegada cierta edad los amigos, cada uno, tienden a ir a su bola y que solo cabe centrarse en la pareja; en buscarla, en cuidarla, en hacer cosas con ella... pero que las amistades se debilitan.
  • Sí es cierto que con los años algunas amistades se enfrían, se olvidan, terminan... y que otras nacen, se fortalecen... e incluso que otras sufren sus altibajos y pueden debilitarse y más tarde recuperarse fortalecidas. La cuestión es que no creo que sea algo propio de la edad sino que, más bien, es algo normal a partir de ESTA edad.
  • Llego tarde a muchas cosas... o no. «Nunca es tarde si la dicha es buena». A pesar de que cada vez me gusta menos el rock y su ambiente (sobre todo el nocturno), este dicho es cosa buena (y eso que no es de Reincidentes, pero bueno).

Ale. Y ahora, para amenizar, unas cancionetas :)

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