Yo tenía un padre, una madre y una hermana.
Yo tenía una madre, un padre y una hermana.
Yo tenía una madre, una hermana y un padre.
Yo tenía una madre, otra madre y un hijo.
Yo tenía una madre. Con su marido, mi hijo. También tenía otra madre, mi hermana.
Mi madre recién murió; su marido, mi padre, casi: está muerto en vida.
Mi hermana, hará 12 o 13 años, siguió siendo madre, pero su casa ya no estaba abierta; cambió de pareja y su casa ya no fue más casa compartida. Hace cuatro años empezó a tener a Nahia y, hace dos, a Vera. Antes se hizo también técnica en prevención de riegos laborales, maestra en infantil y maestra en primaria.
Ahora me acuerdo de mi madre primera. Me acuerdo de que compartíamos mucho tiempo, de que habíamos frente común buscando a mi padre, llamándole por teléfono pasada una hora de la comida a ver si se acordaba de que tenía una familia. Incluso recuerdo que me pedía que pasara tiempo con él para que no se perdiera. También recuerdo cómo ella decía que "su" olor corporal (el de mi padre) había cambiado, con aquella expresión facial de que le resultaba ajeno.
Yo, como bien hijo, decidí ser la pareja sentimental de mi madre. Manteníamos conversaciones interesantísimas; nos podíamos quedar esperando a mi padre hasta las tres de la mañana conversando o viendo la tele. También compartíamos los desayunos y nos animábamos con recetas nuevas que pillábamos por internet para apañar algo con lo que había en el frigo. Aquellas tardes haciendo crucigramas, columnas movedizas, cábalas libertarias (acabando "Cábala" tras "Cábala", si no algún Quiz).
Ahora que trato de tener una relación de pareja me doy cuenta de lo mucho que extraño a mi madre.
También me doy cuenta de los roles que he aprendido al desempeñaría y asumirlos, tan difíciles, y me gustaría deshacer todo esto.
Claro está, también me gustaría desmorir a mi madre... para tener otro tipo de relación con ella, para que ella y él tuvieran su relación y yo no tuviera que suplantar a nadie, hacer de quien ni era ni quiero ser.
Fueron años muy raros los que vinieron tras el inicio de los ERE masivos en su empresa y la prejubilación de mi madre... y después la de mi padre.
Ojalá hubieran sido diferentes.
Yo, también.
Yo tenía una madre, un padre y una hermana.
Yo tenía una madre, una hermana y un padre.
Yo tenía una madre, otra madre y un hijo.
Yo tenía una madre. Con su marido, mi hijo. También tenía otra madre, mi hermana.
Mi madre recién murió; su marido, mi padre, casi: está muerto en vida.
Mi hermana, hará 12 o 13 años, siguió siendo madre, pero su casa ya no estaba abierta; cambió de pareja y su casa ya no fue más casa compartida. Hace cuatro años empezó a tener a Nahia y, hace dos, a Vera. Antes se hizo también técnica en prevención de riegos laborales, maestra en infantil y maestra en primaria.
Ahora me acuerdo de mi madre primera. Me acuerdo de que compartíamos mucho tiempo, de que habíamos frente común buscando a mi padre, llamándole por teléfono pasada una hora de la comida a ver si se acordaba de que tenía una familia. Incluso recuerdo que me pedía que pasara tiempo con él para que no se perdiera. También recuerdo cómo ella decía que "su" olor corporal (el de mi padre) había cambiado, con aquella expresión facial de que le resultaba ajeno.
Yo, como bien hijo, decidí ser la pareja sentimental de mi madre. Manteníamos conversaciones interesantísimas; nos podíamos quedar esperando a mi padre hasta las tres de la mañana conversando o viendo la tele. También compartíamos los desayunos y nos animábamos con recetas nuevas que pillábamos por internet para apañar algo con lo que había en el frigo. Aquellas tardes haciendo crucigramas, columnas movedizas, cábalas libertarias (acabando "Cábala" tras "Cábala", si no algún Quiz).
Ahora que trato de tener una relación de pareja me doy cuenta de lo mucho que extraño a mi madre.
También me doy cuenta de los roles que he aprendido al desempeñaría y asumirlos, tan difíciles, y me gustaría deshacer todo esto.
Claro está, también me gustaría desmorir a mi madre... para tener otro tipo de relación con ella, para que ella y él tuvieran su relación y yo no tuviera que suplantar a nadie, hacer de quien ni era ni quiero ser.
Fueron años muy raros los que vinieron tras el inicio de los ERE masivos en su empresa y la prejubilación de mi madre... y después la de mi padre.
Ojalá hubieran sido diferentes.
Yo, también.
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