viernes, 9 de noviembre de 2018

Fuimos nostalgia... ¿seremos podredumbre?

Gran parte de nosotr@s fuimos aquella generación que no tomó el relevo y empezó a vivir los 90 para soñar los dosmiles.

Much@s de nosotr@s no despertamos hasta los años 10.

Es cierto, nos acostumbramos a un mundo de comodidades en el que apenas pinchábamos ni cortábamos; todo se nos daba hecho y era para nuestro disfrute.

A lo largo de todos estos años hicimos más caso a l@s mayor@s que a l@s de nuestra edad, a quienes perdimos durante años.. y ahora son las redes sociales las que nos mantienen amarrad@s en una suerte de cesta sin red.

Pero la queja no es contra facebook u otras, porque estas redes solo se nutrieron y se nutren de la atomización social que no supimos frenar cuando el vínculo incial de aquellos grupos (la escuela, la universidad, un viaje...) se esfumaba.

Hemos perdido la costumbre de llamar, de llamar por teléfono; de hacer cenas anuales para reencontrarnos; de quedar para una vuelta por el parque; la costumbre también de hacer viajes de recuerdo a X años vista.

Es curioso; lo que consigue Facebook es mantener cercanos -que no unidos- grupos sociales que hace ya tiempo perdieron su ligazón inicial.

¿Esto sirve de algo?

¿Con cuántas de nuestras amistades de facebook seguimos hablando?

¿No será que somos una panda de nostálgic@s que nos reblandecemos viendo aquellas fotos del viaje de ecuador?

Y yo me pregunto... ¿por qué tenemos las fotos en una red social y no en el disco duro o en aquellos dvds de copia de seguridad que haciámos periódicamente cuando empezaban las cámaras digitales?

Definitivamente, no lo entiendo.

Voy a hacer el viejo listín de teléfono y, esta vez sí, voy a cerrar las cuentas.
Son un aliciente para una nostalgia que nunca debimos alimentar.

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