Si me pongo a pensar en mis relaciones pasadas, me doy cuenta, recordando, de que generalmente no intercambiábamos muchos mensajes ni llamadas mientras no nos veíamos.
Por mi parte me doy cuenta de que después tenía esa sensación de que mi compa me podía haber sido infiel y en definitiva que entendía que tenía que currármelo como si nos acabáramos de conocer.
Más allá de lo interesante de no dar nada por sentado y alimentar cada día, aportar cada día, construir cada día, esa motivación me suena que tiene que ver con algo que me gustaría trabajar este verano o, si no, justo después: ir al origen de mi personalidad... o hacer un análisis de mi psiqué.
Porque lo que me jode, me duele y me avergüenza no es solo tender a estos comportamientos sino, además, no tratar las causas... Y es cierto, los traumas infantiles, vengan de lxs compañerxs de clase o de lxs padres, pueden condicionar mucho la conducta... y el pensamiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario